14 de enero de 2010

Atrapada

Atrapada,

en los instantes de su memoria,

ésa, que el ayer cosió con ahínco

y quizás… con torpeza.

Se adormecía en la memoria

del hoy, para que el ayer no naciera

y el mañana se congelara.

Para ser el instante del hoy.

Y quizás, con torpeza.

*

Fotografía de Miguel Ángel Servellón "Historias del Pasado".

8 de enero de 2010

Supe De Tu Placer Lascivo


Apenas unos pasos, y de repente caíste en el precipicio del placer ausente; el “deja que te explique” o “no es lo que parece”. Y yo no contornee mi cintura, ni mi lengua saboreó mis labios, no dejé que mis pezones iniciaran cual despegue, ni que mi entrepierna sintiera ése hormigueo. Tan sólo fue mi desnudez, la que se vistió de puro acero.
Y no lo vi en tus ojos, ni en tus labios humedecidos, ni tan siquiera en tu arpón listo para el disparo.No, lo supe, cuando tras la puerta de tu placer lascivo, tu piel desnuda se cosía a la suya, y en cada hilvanada mal trecha, buscabas el dobladillo de mi falda, repleto de jadeos y hambrientos deseos.
Ansiabas lamer mi carne trémula, y acariciar mi piel hechizada en tu pócima. Pero no era yo, era la otra, y de repente caíste en el precipicio del placer ausente...

Y en apenas unos pasos, contornee mi cintura, saboree mis labios y mis pezones miraron hacia él, aquel que hace tiempo me habló de tu caída al precipicio, ése, del placer ausente.
Y ante tu mirada me desnudé y gemí, para que tus anhelos anhelasen ser él y no poder serlo.
Y dejé que en mi entrepierna revolotearan mariposas, que él liberaba, en el lamer de su ansia y de mi deleite.
Supe de tu placer lascivo, y en apenas unos pasos...
*

5 de enero de 2010

Quién Sabe


Quién sabe, si la noche
envolverá Nuestros sueños.
O si la luna, será la luz tenue
que brillará en nuestros anhelos.
Quién sabe si nuestros cuerpos
vestidos en piel
arderán en la hoguera del placer.
Quién sabe si la caricia
terminará en la noche,
o será perpetúa en su amanecer.
Quién sabe...
Más no puedo dejar de pensar
en esa caricia que quemó mi piel,
apresó mis labios y trémulo mi carne
en ese ir i venir
de impaciencias lascivas.
*