17 de agosto de 2010

Para Qué Olvidar


Podría decirte que después de tu sonrisa,
de tus ojos mirándome, y cegándome
de tu boca hablándome, y callándome
de tus labios besándome, y negándome
de tus manos tocándome, y hiriéndome
y tus brazos abrazándome, y ahogándome
y del saber de tu piel suave y fresca,
del tacto de tus huesos,
de tus silencios, y de tus lagrimas,
después de todo eso
y en el umbral del adiós perpetuo
podría decirte que
yo, brotaba en cada instante.
Y también podría decirte
que mi amor por ti, fue otoño en viajera brisa.
Podría decirte todo eso,
pero jamás podría decirte
que te daré “el olvido”.
*