1 de diciembre de 2011

Notificación


Hoy no te sentí a mi lado y aun así, lo hice contigo. El tiempo que me cediste, estuvo lleno de pausas. Y yo, las convertí en treguas.
Y conocí que tu piel era distinta e inteligible para mí, que tu aroma era lejano y desconocido, y ya inaccesible a mi apetito inexistente. Tus ojos eran oscuros  y fríos, y tus labios lascivos de otros sabores.
Pero fueron tus manos, ahora toscas y descorteses, las que, sin ellas saberlo, aceptaron mi ultimátum.*