27 de junio de 2012

Noviembre, undécimo mes del año, abrí las piernas


Muchacha recostada de Pilar Aguarón

Lápices y tizas sobre cartulina

Abrí las piernas
y sentí el viento de noviembre
-día de los muertos y cae el muro de Berlín-
mientras, la madurez de tus manos
arrancan en caricias hambrientas
mi sexo, clandestino y libertino.

En tus oídos penetran
mis gemidos indómitos,
en mi vientre
anidan mariposas salvajes,
y mis dedos anclados a tu espalda
forjan las envestidas del bisonte blanco. 

Piel húmeda, saboreada por lenguas lascivas
que anidan tras los labios húmedos y mordaces.  

La bestia irrumpe en la llanura
devorando su pasto
galopando en estampida,
al encuentro de la oquedad…
y vaciar su descanso.

 
Tan solo un extracto:
“Manifiesto futurista de la Lujuria”, escrito en 1913 por Valentine de Saint-Point.

“Dejemos de burlarnos del Deseo, esa atracción sutil y brutal al mismo tiempo, de dos carnes, no importa del sexo que sean”. “No es la lujuria la que desagrega, disuelve y aniquila, sino las hipnotizantes complicaciones del sentimentalismo”. “¡Destruyamos las siniestras baratijas románticas!”. “Es preciso hacer de la lujuria lo que un ser inteligente y refinado hace de sí mismo y de su propia vida. Es preciso hacer de la lujuria una obra de arte”. “La lujuria es para el cuerpo lo que el ideal es para el espíritu”.