Tras el fusil, mi ojo permanece certero
y pide justicia, ante la línea de alzacuellos
que se muestra ante mí, altivos.
Esconden sus pecados
en nombre de Dios.
Esos, los que rasgaron
la piel del niño
la piel del niño
y estrujaron sus entrañas
a la oscuridad
del desasosiego.
del desasosiego.
Vuestro Rey, se esconde Hoy, bajo su Tiara
y espera, déspota, el beso en su Anillo.
Pero mi ojo es certero y mi dedo sereno.
Vuestra sangre es gris, y ceniza seréis
¡Os reclama el Infierno!
Id, y temedme
pues tras el fusil, yo espero… a Mayo.
4 comentarios:
Nena, aquest m'ha agradat molt i també m'agrada veure com fas cas de les coses que parlem. Treu tot el que portes (és molt important).
Una abraçadeta xicoteta!!!
Yo quiero sostener uno de los mosquetones que les disparen la vergüenza y la justicia en la cara y la conciencia.
beos
Bajo sayos holgados en nombre de Dios se oculpan tantos pecados...
Un saludo
Me apropio de tus versos y me uno a tu furia contra la hipocresía de estos ídolos de barro que como dice Serrat, se escudan en un dios que no tienen el gusto de conocer.
Cuando era muy pequeña, las monjas me castigaron porque me negué a besar el anillo del obispo de turno, algo debía intuir ya. Aunque mi contestación fue más escatológica que moral o filosófica.
Bea, muy bueno. Un abrazo
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