25 de julio de 2011

El Quebrar de la Pavesa


Escribir lo que sucede en un instante
sin que éste se detenga.
Descubrir que las flores no se marchitan
que la fina lluvia no cesa
que el sol será crepúsculo y la luna amanecer.

Porque sé, que entre tus dedos guardas las palabras
que describen mi cuerpo.
Y en tus labios vive el rocío de los míos.
Y en tu lengua atesoras el lamer de mis sabores.

Sé, que el olvido  no entra en tus planes.
Y también sé, que a pesar de tu dolor
sigues siendo mi latido…  aun estando muerta.

De noche, cuando la luz y la oscuridad
libran su batalla, yo, duermo en Necrópolis
y sueño contigo,
aun estando muerta. 
En el sueño gris, melancólico
lleno de brumales y hojarasca.
Ceniza en mi boca
Ojos cuencos
Silencio en mi piel
Cuerpo en despojo
Putrefacto,
cadáver, muerto. El sueño
el sueño muerto
y escribir…
hasta sentir.
*

2 comentarios:

Maria Coca dijo...

Escribir para vivir.

Un poema repleto de dureza y emoción.

Besoss

Tesa Medina dijo...

Dice un personaje de una novela de Baricco que "escribir es un forma sofisticada de silencio"

Los que mejor expresan lo que sienten son los que menos palabrs necesitan para contarlo.

Un beso grandote, poeta.