17 de enero de 2013


 
Que debe pensar el café, cuando cae gota a gota, y él, ya es sabedor de su destino final. Evidentemente como los humanos, aunque a veces queramos ignorarlo. La muerte siempre es inminente.

Él, cae en la profundidades de cualquier taza, - saben ustedes que hay tazas de diferentes tipos de café y té- y con ello, las consecuencias en su caída. En los pensares de su destino, él, imaginará su dulzura y su amargura. Verá como mujeres y hombres le designarán su carácter, le harán dulce o amargo y de ellos, habrá quienes lo harán un  placer, pero otros, tiraran sobre él sus frustraciones, sus ilusiones, sus verdades y sus mentiras. Y sus excesos, lo harán dulzón y empalagoso, o amargo e hiriente.

Ella, la chica de siempre, la que se sienta en esa esquina y engalana la mesa con poemas y reflexiones. Ella, hará de su café un sabor amargamente dulce y rebelde. Y en el limen de su café, argumentará sus pensares, y discusiones, y echará gotas de melancolía en sus recuerdos. Se cautivará en sus sueños, y será capaz de seducirse sin previo aviso.

Se elevará y se halagará hasta que sienta mi mirada en su esquina… ese rincón con paredes a su espalda, y esa luz tenue que detiene el tiempo. Y ella se sonrojará, y en sus labios se dibujará una luna creciente iluminante. Pero sus manos delatarán su fragilidad tímida. Sus dedos, serán los maestros del baile. Se sujetarán firmes y dóciles, a la cucharilla altiva y dispuesta, marcándoles los pasos de su propia melodía.

Pero será su boca, su lengua y sus labios, los que medirán su anhelo, su insistencia al sabor de los cafés y esnifará sus aromas. Y aunque él, se mostrará ante ella amargo, él la escuchará, dará fe de sus hechos y quehaceres. Y la observará sin que ella se sonroje.

Ella, Siempre espera que su destino cambié y se adentre al mirar de otra mirada, que anhele lascivamente, puritanamente y salvajemente, y que sus labios sean compasivos e hirientes.

Detrás de la barra, yo, columbraré sin demora ni descanso, y seré su sabor y su aroma.
*

Frase de la película Tengo ganas de ti
 
Cuidado con lo que buscas, porque podrías encontrarlo…

2 comentarios:

Anabel dijo...

Ay, encontrar. ¿No te gustaría tener una bola de cristal y saber qué te vas a encontrar?

A veces creo que ni aún así acertaríamos la decisión. Así que venga lo que venga, lo disfrutaremos.

Tupenda estás,

Anabel

Tesa Medina dijo...

El café tan lúdico, íntimo y reconfortante te inspira.

Disfruto mucho más del preliminar y del olor que del sabor final, como muchas cosas de la vida.

Y exijo que esté en su punto de dulzor, ni mucho ni poco. Caliente, pero que me lo pueda beber sin quemarme. Corto, pero intenso.

¿A qué si quitamos la pabra café, el párrafo anterior se puede aplicar a unas cuantas situaciones de la vida?

El café es para beberlo y saborearlo y la vida también.

Un abrazo Bea.