31 de julio de 2008

No hay olvido...



“Tus manos todavía guardan recuerdos de su pálpito”.

Tras las palabras de éste verso del poeta Fernando Sarría, renacieron de las cenizas de un fuego perenne, estas otras.

mis manos todavía guardan recuerdos de su pálpito.

Y él cerró los ojos
recordó tardes de frío intenso
respiró deseando alcanzar el aire de antaño.

Sonrió en silencio al verla llegar
observó como aquel desconocido la arropo
mientras en voz quebrada
ella susurro, fue aquí,
en ésta curva
su corazón frenó rápidamente
y dejó de palpitar.

Y él se sintió feliz de volver a verla,
y él cerró los ojos
recordó tardes de frío intenso
y respiró deseando alcanzar el aire de antaño.

~~
... para Fernando S.

25 de julio de 2008

Disparo


Hazlo ahora
que mi espalda es mi rostro,

Y mis parpados

no tienen ojos

Carga,Apunta,Y dispara.

Hazlo ahora que tus ojos observan mi espalda

Hazlo,
Y al hacerlo
Escucha el crujir de mi pecho
Mientras tú bala
De punta hueca
Es viajera que busca destino.

Hazlo.

Yo, la oí llegar
Y es silbido fugaz y certero

Crass! Hizo mi pecho
Crujido del esternón
Cual cobijo de un corazón
Que ya silenció su latido.

Moriría
Sin la más leve duda
Si con ello la sonrisa naciera en tu boca.

Pero tus labios siempre fueron, pequeñas estatuas del más frío mármol.
~~

21 de julio de 2008

Hoy toca… Sonreír


Porque hay días,
Que a pesar de la lluvia
Esa que golpea con fuerza
El cristal de nuestras ventanas
Tiene un sol en cada una de sus gotas

Porque hay días,
Que mi boca tiene el sabor de la sandía
Y mi abrazo es de chicle, abrazo largo

Porque hay días,
Donde el mirar de mis ojos
Son horizontes con mil colores

Porque hay días,
Donde las mañanas
Son desayuno de chocolate y churros
Y las noches tienen la luna con el sabor, a beso

Porque a veces la tristeza
se guarda entre las hojas
de un libro
que se aloja en el estante,

Aquel que lleva por nombre
“pausa con tregua”.
~~

14 de julio de 2008

Dormir en la noche



Y en ese cerrar de ojos
donde él pretende su descanso
las sabanas están colmas de grietas

Cuando el cuerpo no es mío, éste
se dobla, se retuerce
posee un sudor frío
y su jadeo es gélido.

La sombra de la noche crece
y oscurece la voz de mi sueño
y en el sigilo de un paso firme,
viene ella, la pesadilla.

Si en el dormir de mis noches
cuando mis párpados se duermen
me entregasen sueños

se alejarían de mi, esas
las que llevan por nombre, pesadillas

Y las grietas de sus sabanas
serían tan solo
perfectas arrugas
en un acariciar certero.

~