Esas que aparecen tras la luz
que alumbran mis calles.
Y a pesar de los cambios bruscos
en mis andares,
jamás pierden mi rastro,
y son de raza sabueso.
A veces son gigantescas
y aplastan el aire, que apenas ya respiro.
Y jadeo intermitentemente,
como el tic-tac del viejo reloj,
que dormita en el rincón
del tiempo.
*
3 comentarios:
Menudo lifting le has hecho al blog, guapa. Mírala que bien luce dormidita. Angelico.
Así me gusta: tú misma con tus sombras a pesar de todo y de todos.
Besos,
Anabel
Lei un relato tuyo en otro blog y me gusta mucho lo que escribis te sigo y te leo saludos
Hola, mi nombre es Victoria. Me encanta tu blog y las cosas que escribes, son realmente preciosas.
He visto esta fotografía, en el poema de Sombras propias, y quería pedirte permiso de usar la imagen para un cartel de una obra de microteatro que estreno la semana que viene.
No se si es mucho atrevimiento pedirlo, pero me lanzo a hacer.
Besos
Victoria
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