nada

Caminó por tus senderos,
acariciando las piedras del camino,
abrazando árboles
y besando el agua de tus ríos.

Fue flecha de tu arco
-certero arquero-
y con él, llevaste lejos su destierro.
Fue pincel de tus lienzos,
y la pintaste en blanco y negro.

Fue tu más alta montaña.
Conquistaste su cumbre,
y pronto
huiste en fácil descenso.

Fue el café dulce de tus mañanas
y lo convertiste en amargo.

Fue el refugio de tus lamentos
y tú, su feroz desconsuelo.

Fue el manjar exquisito
que despreciaste sin remordimiento.

Fue la imagen de tus fotografías
y luego sintió cómo su imagen desvanecía.

Fue tu dama en cena de gala
y luego paso a ser nada.

Fue…, y tú…,
no fuiste Nada.

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