Quebraste la tierra
en la que nací,
y morí en ella
cuando mi grito fue silencio.
Tus manos de farsante
prendieron mi ser, rasgándolo
y dejando sus heridas abiertas.
Pero aprendí
a vivir entre surcos
recosiendo a diario las heridas…
y sembrar en ellos.
No al Maltrato y Abuso Sexual Infantil
4 comentarios:
Como duele este poema.
Cuantos miserables...
Besos.
Recoser y sembrar... algún día ha de florecer la justicia...
besos
Un poema triste...
Un poema que me hace sangrar por la relación que tiene con alguien muy cercano a mí.
La herida es por y para siempre, no cicatriza nunca...
Besitos
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