Deja que no te escuche, y que mis ojos no te vean
Deja que mis manos huyan de ti
Deja que mis pasos sean seguros, y no vuelvan atrás
Deja que mi voz sea silencio, y que mis palabras no
transciendan
Deja que mi ansia y anhelo se vacíen
Deja que mi hambre de ti, sea inapetencia
Y que mi sed, se convierta en rosa del desierto
Y Deja que el suave viento
sople en silbido
y me lleve lejos de ti.
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