Despojad al sol
de su propia luz,
despojadlo, despojadlo.
Quitadle el fuego
que desprende,
quitádselo, quitádselo.
Y os quedará
en los intentos
del olvido a una traición;
las acechadoras,
que cómo sombras presentes
en la eternidad de vuestros días;
se posarán sobre vuestras espaldas.
de su propia luz,
despojadlo, despojadlo.
Quitadle el fuego
que desprende,
quitádselo, quitádselo.
Y os quedará
en los intentos
del olvido a una traición;
las acechadoras,
que cómo sombras presentes
en la eternidad de vuestros días;
se posarán sobre vuestras espaldas.
Vos, sois el enemigo
Y yo… vuestra sombra.
Y yo… vuestra sombra.
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6 comentarios:
La sombra del enemigo?, a los enemigos hay que darles olvido.
Besos.
Un texto en forma de parábola. Las sombras a veces se confunden en la noche y también durante el día.
Besos sin sombras.
La sombra siempre esta al acecho detrás de cada paso, lo oscuro, lo gris, demostrando que casi siempre nosotros mismos somos nuestros propios enemigos.
Besos,
Paco.
A nada ni a nadie hay que darle olvido. Qué poderosas letras.
Quitar la luz al sol es como convertir nuestra alma en sombra, ambas misiones tan imposibles...
Abrazos
Sí, qué poderosas palabras! como reza la frase de las Madres de Plaza de Mayo... "ni olvido ni perdón"
Felicitaciones.
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