14 de julio de 2008

Dormir en la noche



Y en ese cerrar de ojos
donde él pretende su descanso
las sabanas están colmas de grietas

Cuando el cuerpo no es mío, éste
se dobla, se retuerce
posee un sudor frío
y su jadeo es gélido.

La sombra de la noche crece
y oscurece la voz de mi sueño
y en el sigilo de un paso firme,
viene ella, la pesadilla.

Si en el dormir de mis noches
cuando mis párpados se duermen
me entregasen sueños

se alejarían de mi, esas
las que llevan por nombre, pesadillas

Y las grietas de sus sabanas
serían tan solo
perfectas arrugas
en un acariciar certero.

~

6 comentarios:

Anónimo dijo...

pero es tan difícil trocar pesadillas por sueños...
será cuestión de suerte o de energía mental.

Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Espero que el poema te sirva de conjuro. Mis pesadillas son para quedarse siempre despierto.

Besos.

Cromatica dijo...

La noche a veces es injusta, llena el aire de pesadillas, y todo a su alrededor es complice de tal situacion y sin embargo como bien lo dices si tan solo...
"perfectas arrugas
en un acariciar certero."


Besos y abrazos desde el tropico!

AnaR dijo...

A veces el subconsciente se atreve a sacar en nuestro dormír , los monstruos que nos atormentan...

Me ha encantado.

Abrazos

dijo...

hermoso

Tempus fugit dijo...

Benditas las pesadillas que sólo nos atacan dormidos.

besos