Esa enfermedad que nos arrebata la vida...
El otoño pasado,
observe como deshojaba
su cuerpo por ultima vez.
Su piel se aferraba a sus huesos
y sus huesos a su piel.
Le miraba en la distancia del respeto
A una intimidad enferma…
Contaba el tiempo de la caída
demorándome en ella…
buscando un tiempo sin fin.
Ese otoño su alma y su cuerpo
me dirían adiós,
un adiós sin retorno, sin un hasta luego…
seria un adiós Inmortal
No quedaría nada…
Tal vez en el pasar de los días
me llevarían al recuerdo
de sus primaveras,
de sus veranos e inviernos cálidos
Pero ese otoño,
Ese otoño, las hojas serían viajeras de la brisa.
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