22 de mayo de 2008

Alborear




Dejaré que el viento
sea dueño de mis palabras
y les dé el vuelo

Dejaré que la noche
sea poseedora
de tus palabras de olvido

Y esperaré acurrucada
en el sillón del amanecer,
el sabor del nuevo día

Y al cruzar la calle del destino
será como mirar desde la cima un mundo,
miraré y veré la vida de las pequeñas cosas…

Esas, las inmensamente grandes
las que calentarán este corazón
que dormía en un largo invierno

habitando en el disfraz
de tus besos y tu mirar,

agazapada bajo tus caricias
y sorda a la voz, de tu voz.

Susurrándome hace tiempo, mí olvido.



Fotografía de Pedro Cardona "buenos días punta prima".

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Las prisas no nos permiten prestar la atención debida a lo que lo merece, pero un alto en el camino en tu blog nos puede alegrar el dia ;-)

Me ha gustado mucho (y que decir de los demás...)

Saludos cordiales

TORO SALVAJE dijo...

Las pequeñas cosas son las que hacen agradable el día a día.

Sin duda.

Besos.

Anónimo dijo...

Llega un tiempo, en que sólo las pequeñas cosas son capaces de sacarte de los abismos a los que nos empujan o, a las que un@ mism@ se arroja...
Precioso

Besos

Anónimo dijo...

Siempre buscamos un refugio para el dolor. Podemos llamarlo olvido, pero ¿llegamos alguna a vez a olvidar del todo? Yo no he encontrado esa fórmula mágica para hacerlo. Tampoco creo que quiera hacerlo.
Hermosa foto de Pedro. Enhorabuena.
Precioso texto.
Bicos

Tempus fugit dijo...

Las pequeñas cosas, las sabias voces del silencio, el bálsamo del olvido pretendido...

besos

DjPixel dijo...

Los atardeceres como los extraño a la orilla de la playa....

Me los trajiste a la mente....

Besos....

Maria Coca dijo...

Susurros de olvidos que se recuerdan.

Me impresiona tanta dulzura.