Cercana al andén
a la distancia de la prudencia…
Ella se sube a los trenes que pasan,
incluso si no paran.
Su alma se eleva
y se adentra
en el viaje elegido al azar.
No va buscando un destino,
tan sólo un paréntesis,
un abandono
en la pausa del tiempo.
.
2 comentarios:
Ay, si pudiésemos para el tiempo. Quizá en el sueño es el único momento en que podemos detenerlo.
Bon dia, Ynarud
Pues va ser que no, ni en el sueño puedo detener el tiempo... no encuentro la tecla Pause.
una abraçadeta.
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