Presté una sonrisa
a un niño.
Presté una caricia
a un niño.
Presté un juego
a un niño.
El niño, me miro sonriente
y se acercó corriendo.
Me agache a tiempo,
y se cogió de mi cuello,
ahogándome la leve duda.
El niño me hablo primero,
preguntando:
¿Es verdad que me quieres?
Le presté mi vida al niño,
y me siento libre.
.
2 comentarios:
.. cuando se presta la vida, que es sonrisa, ahogo, caricia y juego, se experimenta el amor que es libertad..
siiiiiiiiiiii
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