Me perdí entre el sí y el no,
entre el no y el sí,
y en ese breve espacio de tiempo
sentí…
La vasija estaba vacía
y la ignoré.
Necesité de ella…,
y al verla vacía...,
lo recordé….
En mi ciudad
la noche viene con niebla.
Es espesa, fría y también llora
con lágrimas mías.
¿Seré yo la noche en mi ciudad?
Haré una colcha
con tanto retal.
6 comentarios:
Sabor a ausencia a melancolía...te dejo un abrazo tibio..
Creo que me visto con retales de lo que fuí, y casi no salgo a la calles si no hay niebla por terror a los escaparates que me reflejan.
Me agarró bien tu poema.
Gracias.
Un beso.
O un abanico para ahuyentar la niebla de tus ojos y de tu corazón..besos
mar i ella...
recibo tu abrazo tibio
torosalvaje,
te agarró muy bien el poema… porque visto y leído estas maravillosas palabras hechas poema, "…Creo que me visto con retales de lo que fuí, y casi no salgo a la calles si no hay niebla por terror a los escaparates que me reflejan…".
creí ser yo, la que paseo por las calles cuando hay niebla y no ver el reflejo en los escaparates…
a mi también me agarró bien tu poemon…, jod..
un bso sin retales
fernando,
Cada movimiento en el que doy vida al abanico… sonrió pensando en tu…
“… abanico para ahuyentar la niebla de tus ojos y de tu corazón...”
gracias i besos
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