Tras el fusil, mi ojo permanece certero
y pide justicia, ante la línea de alzacuellos
que se muestra ante mí, altivos.
Esconden sus pecados
en nombre de Dios.
Esos, los que rasgaron
la piel del niño
la piel del niño
y estrujaron sus entrañas
a la oscuridad
del desasosiego.
del desasosiego.
Vuestro Rey, se esconde Hoy, bajo su Tiara
y espera, déspota, el beso en su Anillo.
Pero mi ojo es certero y mi dedo sereno.
Vuestra sangre es gris, y ceniza seréis
¡Os reclama el Infierno!
Id, y temedme
pues tras el fusil, yo espero… a Mayo.