Escribir lo que sucede en un instante
sin que éste se detenga.
Descubrir que las flores no se marchitan
que la fina lluvia no cesa
que el sol será crepúsculo y la luna amanecer.
Porque sé, que entre tus dedos guardas las palabras
que describen mi cuerpo.
Y en tus labios vive el rocío de los míos.
Y en tu lengua atesoras el lamer de mis sabores.
Sé, que el olvido no entra en tus planes.
Y también sé, que a pesar de tu dolor
sigues siendo mi latido… aun estando muerta.
De noche, cuando la luz y la oscuridad
libran su batalla, yo, duermo en Necrópolis
y sueño contigo,
aun estando muerta.
En el sueño gris, melancólico
lleno de brumales y hojarasca.
Ceniza en mi boca
Ojos cuencos
Silencio en mi piel
Cuerpo en despojo
Putrefacto,
cadáver, muerto. El sueño
el sueño muerto
y escribir…
hasta sentir.
*