Hoy los versos son ignorantes
de su muerte inminente,
de sus pasos
moribundos
y de su tregua
infinita.
Caminan por el sendero
de los elefantes
y yacerán en el valle,
cercanos a la orilla
de su último trago.
Se desprenderán de su
memoria oceánica,
y sus cadáveres,
quizás,
encuentren el silencio
al lado de los otros…
de los que ya murieron
y de los que
abandonaron el desierto, de la vida escrita.
que se nos muestra bajo los pies
en hoyos profundos
que abren grutas.
Debo atarme a la vida,
para no huir de ella.
Pues esta, se muestra
altiva y distante.
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