Que debe pensar el café,
cuando cae gota a gota, y él, ya es sabedor de su destino final. Evidentemente
como los humanos, aunque a veces queramos ignorarlo. La muerte siempre es
inminente.
Él, cae en la
profundidades de cualquier taza, - saben
ustedes que hay tazas de diferentes tipos de café y té- y con ello, las consecuencias
en su caída. En los pensares de su destino, él, imaginará su dulzura y su amargura.
Verá como mujeres y hombres le designarán su carácter, le harán dulce o amargo
y de ellos, habrá quienes lo harán un placer, pero otros, tiraran sobre él sus frustraciones,
sus ilusiones, sus verdades y sus mentiras. Y sus excesos, lo harán dulzón y empalagoso,
o amargo e hiriente.
Ella, la chica de siempre,
la que se sienta en esa esquina y engalana la mesa con poemas y reflexiones. Ella,
hará de su café un sabor amargamente dulce y rebelde. Y en el limen de su café,
argumentará sus pensares, y discusiones, y echará gotas de melancolía en sus
recuerdos. Se cautivará en sus sueños, y será capaz de seducirse sin previo
aviso.
Pero será su boca, su
lengua y sus labios, los que medirán su anhelo, su insistencia al sabor de los cafés
y esnifará sus aromas. Y aunque él, se mostrará ante ella amargo, él la escuchará,
dará fe de sus hechos y quehaceres. Y la observará sin que ella se sonroje.
Ella, Siempre espera que
su destino cambié y se adentre al mirar de otra mirada, que anhele
lascivamente, puritanamente y salvajemente, y que sus labios sean compasivos e hirientes.
Detrás de la barra, yo,
columbraré sin demora ni descanso, y seré su sabor y su aroma.
*
*
Frase de la película Tengo
ganas de ti
Cuidado con lo que buscas, porque podrías encontrarlo…
2 comentarios:
Ay, encontrar. ¿No te gustaría tener una bola de cristal y saber qué te vas a encontrar?
A veces creo que ni aún así acertaríamos la decisión. Así que venga lo que venga, lo disfrutaremos.
Tupenda estás,
Anabel
El café tan lúdico, íntimo y reconfortante te inspira.
Disfruto mucho más del preliminar y del olor que del sabor final, como muchas cosas de la vida.
Y exijo que esté en su punto de dulzor, ni mucho ni poco. Caliente, pero que me lo pueda beber sin quemarme. Corto, pero intenso.
¿A qué si quitamos la pabra café, el párrafo anterior se puede aplicar a unas cuantas situaciones de la vida?
El café es para beberlo y saborearlo y la vida también.
Un abrazo Bea.
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