El retrato de Dorian Gray:
La única forma de librarte de una
tentación es entregarte a ella.
Morder el polvo del camino
y aceptar el sabor
polvoriento en mi boca.
Cabalgar en soledad
por los caminos sin esquinas,
ni arboles donde descansar mis sombras.
Debo ir, a por la muesca en la culata
y calcular los pasos
para el duelo que se aproxima,
sentir el dolor
de la bala en mi pecho
y aprender de la herida,
-si es que sangra-.
Ellas siempre cicatrizan.
Se cierran como una planta carnívora.
Siempre sientes, su dentellada.
3 comentarios:
Uf, lo de que las heridas se cierran como una planta carnívora es bestial.
Besos, Adriana ;-)
Las heridas siempre cicatrizan, pero unas lo hacen peor que otras. Las hay con apenas un trazo, y las hay con unos costurones díficiles de disimular.
El cuerpo tiene memoria y las emociones también.
Un abrazo, poeta.
Y espero que pases un buen verano.
Yo suelo decir de las heridas que cicatrizan pero dejan su huella para el recuerdo. Besitos :)
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